miércoles, 20 de noviembre de 2013

SKATING CHAMPIONSHIP

El zumbido del disparo de salida que precede al griterío de aliento de los espectadores, hace encamarar, con el grotesco zurriar de sus alas, a una bandada de mórbidas y medrosas palomas.
Sobre el rumor de cientos de banderas que ondean al viento, el sol brilla en su cenit, destellando su hercúleo poder sobre la brea indefinible de la avenida, convertida en vasto e improvisado velódromo.
Los aficionados que anegan la acera rugen asidos por el delirio de este absurdo deporte, y en sus semblantes se puede avizorar la aseveración de la teoría de Charles Darwin sobre la teoría de las especies.
Uno de ellos, en un estrato anterior de evolución, de rostro cuasi-macaco, aplaude demente el comienzo de la final, esputando burdas dicciones que pretenden ser alentadoras. Como si los cornetines hubiese tocado a degüello, la muchedumbre le sigue de inmediato.
Los reclamos por megafonía, las azafatas, los periodistas y los comisarios pulcramente uniformados en la mesa del jurado, otorgan al certamen la solemnidad de una gran competición.
Miller Brown, el otro finalista, neoyorquino criado en el Bronx de 32 años, inicia su exhibición.
Tez morena, porte orgulloso, agilidad africana. Blusón ancho, hiperlaxos bombachos, macromedallón de oro; uniforme impecable incluso en los detalles más nimios y rígida disciplina.
Verlo de espaldas, semeja a refinado flamenco en posición de remontar el vuelo, petimetre, elegante, primoroso.
Toma el monopatín, trepa sobre él con agilidad felina e inicia rauda cabalgada a través de la calle, hechizando a los concurrentes con el surco desprendido por las cuatro ruedas de su skateboard.
Con exquisita posición e inclinación del cuerpo, desplaza su peso atrás para levantar la parte delantera del monopatín, girándolo 180 grados bajo sus pies, ejecutando con precisión milimétrica un klicflip sublime.
El público ovaciona el excelso ejercicio con una retumbante ovación.
En posición defecatoria, con el pie delantero en la mitad de la tabla y el pie trasero sobre el borde del tail, toma velocidad y se dirige al obstáculo. Rota las manos y sus hombros hacia el frente con lozanía, pisa la tabla para deslizarse en posición de railslide y efectúa un hellflip vertiginoso, arrancando de los espectadores vibrantes jadeos de admiración.
Prosigue tomando carrerilla, colocando los dos pies en el nose y levantando las dos ruedas de atrás mientras se mantiene patinando con las dos de adelante, consiguiendo un Hang Ten Wheelies deífico.
Hijo de puta.
Aquel ñapango es un hércules del surf callejero.
Con actitud desafiante y pendenciera baja de su tabla y saluda con rebeldía al público.
El jurado es unánime. Muestran sus cartulinas con la máxima puntuación.
Con paso farruco se dirige hacia mí, entre los vítores de una idólatra multitud.
Cruzamos nuestros recios cuellos como feudales floretes, debajo el del neoyorquino, encima el mío. Busto contra busto, pujamos durante unos instantes que parecen eternos.
Farfulla una frase en inglés. No la entiendo pero, por la entonación, intuyo que se trata de algún pedestre improperio.
Ha llegado mi hora.
Enciendo un cigarrillo en un estéril intento por tranquilizarme. Los nervios hacen transpirar mi adiposa piel cual trinchador de kebabs.
Percibo el enardecimiento de miles de ojos aguardando con zozobra mi actuación, los visillos tensos tras las ventanas. Voces guturales, frases de denuedo, rauco murmullo inflamado.
Oigo estimulantes gritos escupidos por cientos, quizá miles de bocas tiznadas de cerveza. Corean mi nombre, aplaudiendo como si no hubiera mañana.
Entre la multitud, un orondo chiquillo con parche en el ojo y facciones sureñas, que custodia con brío un ambarino globo, me pide un autógrafo.
Los devotos exigen a sus ídolos una imagen dechada dónde depositar sus ilusiones y su fe. No puedo defraudarle.
Me acerco al impúber rollizo, tomo su libreta y rubrico en ella mi nombre en cirílico. Percibo en su diestro ojo la felicidad, el inocente júbilo, su candorosa gratitud.
Aprovechando la ajumada distracción de su madre, agarro mi cigarrillo y reviento con alevosía el globo. No puedo evitar una pérfida carcajada.
Una mano palmea mi espalda. Después otra, otra y otra más.  Los servicios de seguridad apenas logran gobernar la multitud entregada.
Un flash cegador, que parte de la primera fila de espectadores, precede a una saturnal de destellos. Cogotazos de ardimiento, alaridos de empuje, bufidos de acometividad.
Devuelvo tanta muestra de cariño enseñándoles mi pene.
Una voz metálica por megafonía balbucea mi nombre. La afición replica con un rugido fragoroso, estentóreo, ensordecedor.
Me dirijo al centro de la calle. Procedo a unos segundos de meditación, hilando mentalmente la técnica a emplear para superar la majestuosa exhibición de Miller Brown. Mi actuación debe ser soberbia si quiero vencer. 
Puedo ganar. Debo vencer.



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98 comentarios :

  1. Qué jrande y bizarro pó dió!
    Los del niño regordete, genial.

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  2. Laughing with tears in my eyes...
    Con un par, orgullo español!
    Ni railslide ni klicflip ni hellflip ni hostias!!¡¡
    Friki-Creatividad al poder!

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  3. Joder macho...sin palabras hállome.
    Levanto mi cartulina: 10 puntos.

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  4. ¡Hereje!
    Que sepa que Miller Brown es una de las voces mas reconocidas del house en España.

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  5. Mucho será si me entiendes
    vos, de Culterana prosa
    anglicista y Latinosa,
    mas veo que bien desciendes
    vaciando la sentina
    con trozos de plastilina.

    Yo no escribo con plumaje
    sino con pluma fregona,
    que no preciso corona
    ni me hace falta coraje´
    para decir con detalle:
    que estáis cagando en la calle.

    Y lo hacéis con gran certeza
    calle abajo y sin freno,
    algo que aparte de obsceno
    es también una proeza,
    pues quien más la iba cagando
    ha sido el que está mandando.

    Saludos y un abrazo.

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    1. Usted siempre tiene un diestro soneto para las entradas aquí publicadas, por mucho que éstas sean ignominiosas,,,
      Muchas gracias, Don Carlos,,,

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  6. Sólo por los reflejos y equilibrio de semejante hazaña, merece usté ganar el campeonato.

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  7. Riéndome como un demente.
    Qué bizarro.

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  8. Gracias por compartir este maravilloso relato en jornada y hora de trabajo.
    Muchas gracias.

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  9. El problema lo tuvo el coche policía que le perseguía...intentó frenar en el cruce...Por lo que parece pisó mierda...y no frenó . Por lo que parece no saben quien podido cagar en medio de la calle...

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  10. Que grande Mein Her.
    Abono para el asfalto!!
    ARRIBA EL ECOLOGISMO!!

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  11. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJJAJAJA

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  12. Es usted el hijo ejemplar que toda madre quiere tener ;)

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  13. Estimado Amigo Prepuzio: Sáqueme de la duda....


    ....¿venció?

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    1. Por supuesto, amigo Chan Che Tzú,,,
      Los jurados valoraron la creatividad,,,

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  14. Chuan Che se adelantó a mi pregunta...

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  15. Coño!¡
    El monopatín es un Rip Curl?¿

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  16. A juzgar por la reacción del jurado, usted ganó el torneo, jajaja

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  17. Vaya competición "de mierda"! jajajaja
    Qué asquito, madre mía!
    No sé si preguntar cuándo, cómo y dónde se limpió usted el culete al acabar.
    No me explico cómo alguien tan repelente puede atraernos tanto.
    ¿Y sabes hacer más cosas encima de un monopatín? Si la respuesta es follar, no será conmigo, yo no sé montar

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  18. Respuestas
    1. ole ole ole
      ole ole ole ola
      ole ole ole

      cada día te quiero más,,,

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  19. Los servicios locales de limpieza les están buscando.
    Advertid

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  20. Tengo a mis secuaces en estado de alerta 8.
    No va a quedar impune semejante atrocidad.

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  21. jajajajaja de lo cutre que es el gif me estoy partiendo el hojaldre!!!

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  22. Hacía mucho que no pasaba por acá y veo que sigues en tu mundo de locura bizarra.
    Gracias por las risas.
    Besosssssss

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  23. Mendediós!
    Una historieta ideal para antes de la cena :))

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  24. Me ha llegado al alma.
    Mi más sincera enhorabuena.

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  25. Respuestas
    1. Y eso que no me ha visto usted administrándome pomada rectal,,,

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  26. Genial.
    No entiendo como un relato tan estúpido me puede hacer reír tanto.

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  27. Jamás volveré a ver a los skAters con los mismos ojos.

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  28. El niño con el parche en el ojo era mi hijo., Devuélvale el globo.Cabrón.

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    1. Igual de grotesco que su padre,,,
      No se lo devolveré,,,
      Denúncieme,,,

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